Dietrich Bonhoeffer

Publicado por Daniel Lopez | Etiquetas: | Posted On jueves, 3 de diciembre de 2009 at 17:17




Nació el 4 de febrero de 1906 en Breslau. Fue el sexto hijo de Karl y Paula Bonhoeffer. Su padre fue un conocido profesor de psiquiatría y neurología; su madre, una de las pocas mujeres de la época con título universitario.

Estudió teología en Tübingen, Berlín, y en el Seminario de la Unión Teológica en Nueva York. También participó en el movimiento ecuménico europeo.

Luego de tres años de estudio en la Universidad de Berlín (1924-1927) escribió su disertación, Sanctorum Communio, y obtuvo su doctorado con honores. Acto y Ser fue el nombre de su tesis aprobada en julio de 1930, la cual le permitió dar clases en la universidad de la capital de Alemania.

Desde 1928 hasta 1929 Bonhoeffer desempeñó labores pastorales en una congregación alemana en Barcelona, allí, durante el final de la Dictadura de Primo de Rivera, aprendió a contactar con el pueblo y a mejor comprender el racismo y represión que padecen las minorías nacionales sin Estado propio.

Luego de realizar un postrado en el Seminario de la Unión Teológica en Nueva York, entre 1930 y 1931, regresó a la Universidad de Berlín para desempeñarse como conferenciante en teología. En noviembre de ese mismo año se ordenó en la iglesia de St. Matthias de Berlín.

En septiembre de 1933 ayudó a organizar la Liga de Emergencia de los Pastores. Luego asumió como pastor en la Iglesia Evangélica Alemana (la mayor iglesia protestante del país) y en la Iglesia Reformista de San Pablo, en Londres.

Durante su estadía en Inglaterra, cultivó una gran amistad con el influyente obispo de Chichester, George Bell. En mayo de 1934 se terminó de organizar la Iglesia Confesional en Barmen, Alemania, por lo que Dietrich Bonhoeffer regresó de Inglaterra en 1935 para hacerse cargo del seminario que se encontraba en la localidad de Zingst -un colegio trasladado ese mismo año a Finkenwalde, en Pomerania.

En septiembre de 1937 la Gestapo cerró el seminario de Finkenwalde. En noviembre, 27 ex alumnos de Bonhoeffer ya estaban bajo arresto.

La Iglesia Confesional [en otras traducciones se denomina Confesante.Atrio] había nacido por iniciativa de los mayores oponentes a la interferencia nazi en las iglesias, entre ellos Dietrich Bonhoeffer.

En el ensayo de 1933 la Iglesia y el Interrogante Judío, Bonhoeffer fue el primero en tratar los problemas emergentes que debía encarar la iglesia bajo el régimen nazi.

Bonhoeffer dejó en claro que la iglesia estaba obligada a combatir la injusticia política.

De sus experiencias en Finkenwalde surgen dos de sus libros más conocidos: El Costo del Discipulado, y Vida en Conjunto, así como sus escritos menos conocidos, entre ellos Cuidado Espiritual.

La Iglesia Confesional sostenía que el cristianismo era incompatible con el nacional-socialismo y sus doctrinas raciales. Bonhoeffer no sólo insistió en la libertad de predicar el Evangelio; también estaba listo para arriesgar su vida como un cristiano que se resistía a Hitler y que ayudaba a judíos a eludir su captura.

Como consecuencia de esto último, el 5 de agosto de 1936 le retiraron la autorización para enseñar en la Universidad de Berlín.

Hasta 1939 continuó formando pastores en la Iglesia Confesional.

Según Robert S. Wistrich en su libro Who’s Who in Nazi Germany (Quién es Quién en la Alemania Nazi), Bonhoeffer sostenía que “una iglesia es una iglesia, cuando existe para aquellos que no pertenecen a ella”, y proclamó su “obligación incondicional para con las víctimas de todo sistema social, incluso si no pertenecen a la comunidad cristiana”.

Durante su estadía en Suecia, en mayo de 1942, Bonhoeffer se contactó con la Oficina Extranjera Británica. Llevó ofertas concretas de un círculo de resistencia que integraba, liderado por el General Hans Oster y por el General Ludwig Beck. La propuesta fue rechazada.

Los contactos y actividades de Bonhoeffer lo convirtieron en uno de los principales sospechosos para la policía secreta y los servicios de seguridad del Reich. Luego de clausurar su seminario por segunda vez en 1940, la Gestapo le prohibió hablar, predicar o publicar sus escritos.

El 5 de abril de 1943 fue arrestado y encarcelado, acusado de sublevarse contra las fuerzas armadas. Luego del fallo en su contra en 1944, Bonhoeffer fue enviado a Buchenwald y finalmente al campo de concentración de Flossenbürg. El 9 de abril de 1945 lo ejecutaron en la horca. Tenía 39 años.

Otros tres miembros de su familia también fueron asesinados por participar en el movimiento de resistencia protestante.

Las cartas que escribió durante sus últimos dos años de vida fueron publicadas póstumamente por su alumno y amigo Berhard Bethge con el nombre de Cartas y Escritos desde la Prisión. La correspondencia con su prometida, Marí von Wedermeyer, fueron publicadas como Cartas de Amor desde la Celda 92.

Como teólogo, las ideas de Bonhoeffer y su discusión sobre un Cristianismo laico, reforzadas por su propio martirio, ejercitaron una considerable influencia sobre el pensamiento protestante de posguerra en Gran Bretaña y América.

Dietrich Bonhoeffer también fue músico y autor de obras de ficción y poesías.

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Citas de Dietrich Bonhoeffer:
# “Para poder parar la rueda hay que bloquear sus radios” (refiriéndose a la propaganda nazi y racista a través de la radio, el fenómeno de masas de los años 30).
# “Parece como si se tratara sólo de eso, de si aún se puede deducir a partir del fragmento que constituye nuestra vida, cómo estaba realmente proyectada y pensada la vida en su totalidad, y de qué material se compone la misma. Pues hay fragmentos que hay que desechar, y otros, que son significativos por los siglos, porque su perfección no puede ser otra cosa que obra de Dios, es decir, fragmentos, que tienen que permanecer siendo fragmentos - pienso, por ejemplo, en el arte de la fuga musical. Y si nuestra vida tan sólo llegase a constituir el más tenue reflejo de tal fragmento, en el que, aunque sea por breve tiempo, concuerdan los diferentes temas acumulados, y en el que el gran contrapunto se mantiene desde el principio hasta el fin, de forma que al final como mucho pueda ser entonada la coral “Ante tu trono me presento” - entonces no debemos quejarnos de nuestra vida - fragmentaria, sino sentirnos dichosos de la misma.” (Dietrich Bonhoeffer, Resistencia y Sumisión)
# El Sermón de la Montaña
“Creo tener la certeza de que no lograré la clarividencia y la sinceridad interiores a menos que empiece a actuar consecuentemente con el Sermón de la Montaña… Y es que hay cosas por las que merece la pena comprometerse del todo. Y me parece que la paz y la justicia social, o sea Cristo en el fondo, lo merecen.”
# Las Decisiones
“El profundo desgarramiento de nuestros ideales, de nuestros sistemas y estructuras sociales, nos enfrentan a diario a la siguiente pregunta: ¿Cuál es el camino a tomar? Tenemos que decidirnos a diario por un ideal o por otro, sea de naturaleza política o educativa, sea relativo a cuestiones de la vida personal… Es decir: ¿Cómo debería educar?, ¿cómo debería actuar como ciudadano?, ¿cómo debería vivir mi matrimonio? Todas estas preguntas… se han convertido en preguntas faltas de respuestas para nosotros.”
# La Fe
“Se hace necesario tomar una decisión, pues nuestras opiniones difieren… Venid, vosotros… los que habéis sido abandonados, los que habéis perdido a la Iglesia, queremos volver a las Santas Escrituras, queremos buscar juntos la Iglesia… Iglesia, ¡permanece siendo Iglesia!¡Sé fiel a tus principios… Sé fiel a tus creencias!” (Dietrich Bonhoeffer, sermón pronunciado el 23 de julio de 1933)

“En los últimos años he aprendido a conocer y entender el profundo arraigo del cristianismo en la vida terrenal; el cristiano no es un homo religiosus, sino un ser humano por antonomasia, tal como Jesucristo lo era… Pensé que podría aprender a tener fe, intentando llevar a la práctica algo así como una vida santa… Más tarde me di cuenta, y es de lo que sigo convencido hasta hoy, que únicamente en este mundo se puede aprender a tener fe.”
# La predicación
Los vínculos son destruidos y simplemente caminamos hacia adelante. Hemos sido elegidos y debemos ‘abandonar’ la existencia que teníamos hasta ahora… Lo viejo se queda atrás, se entrega del todo… El llamamiento a la sucesión entonces significa la vinculación únicamente a la figura de Jesucristo y la transgresión de toda legalidad por la gracia de aquél que llama.”
En: Dietrich Bonhoeffer, “Nachfolge“)
# La Persecución
“¡Sólo aquél que grite a favor de los judíos, también podrá entonar los cantos gregorianos!”

“La Iglesia permanecía muda, cuando tenía que haber gritado… La Iglesia reconoce haber sido testigo del abuso de la violencia brutal, del sufrimiento físico y psíquico de un sinfín de inocentes, de la opresión, el odio y el homicidio, sin haber alzado su voz por ellos, sin haber encontrado los medios de acudir en su ayuda. Es culpable de las vidas de los hermanos más débiles e indefensos de Jesucristo. (Dietrich Bonhoeffer, Ética).

GALERÍA DE IMÁGENES

1935. En el Palacio de Deportes de Berlin la recepción del obispo Graf. Unidos símbolos cristianos y nazis.


El Cardenal Pacelli (Pío XII después) firma el Concordato con la Alemania nazi

Jerarquías católicas y protestantes unidas saludan a Hítler en un acto

La fe de Dietrtich le llevó a revelarse contra esta situación y dar su vida en el denunciarla.

Revista AVIVAMIENTO-Gracia Barata

Publicado por Daniel Lopez | Etiquetas: | Posted On at 17:08



EDITORIAL

BONHOEFFER: LA TEOLOGÍA DE UN MÁRTIR CONTEMPORÁNEO

Esta es una edición adaptada y traducida al español de un importante capítulo del clásico del teólogo alemán Dietrich Bonhoeffer. El libro, titulado originalmente Nachfolge (1937), fue publicado en inglés posteriormente como The Cost of Discipleship.

Su capítulo “Costly Grace” contiene un análisis profundamente espiritual de lo que realmente constituye ser un discípulo de Cristo y ser justificado por gracia. Incluye, además, un diagnóstico certero del estado de tibieza y apostasía doctrinal en que se encontraba la Iglesia alemana, la cual en su mayoría, se convirtió eventualmente en cómplice silenciosa del nazismo en la Segunda Guerra Mundial.


Bonhoeffer nació en Breslau en 1906 y murió ejecutado por órdenes de Hitler en 1945 en el campo de concentración de Flossenburg, a la corta edad de 39 años. Desde el inicio de la dictadura Nazi, el joven ministro Dietrich denunció la pasividad de la Iglesia alemana ante el fascismo y participó en la formación de una iglesia subterránea que no estuviese controlada ideológicamente por los principios del Estado nazi. Eventualmente, participó a título personal en el movimiento de resistencia contra el régimen de Hitler. Sus escritos teológicos, rara vez traducidos a nuestro idioma, han sido muy bien recibidos por teólogos y cristianos comprometidos en cada generación. Ciertamente, el capítulo “Gracia Costosa” no ha sido la excepción. Como todo clásico de la literatura cristiana, su mensaje ha pasado exitosamente la prueba del tiempo y sigue siendo un favorito en todo el mundo, especialmente entre jóvenes interesados en el significado de seguir radicalmente a Jesús en la sociedad de hoy en día. El mensaje de Bonhoeffer sigue siendo tan actual y relevante para los cristianos contemporáneos como lo fue cuando se escribió.

Gracia costosa o gracia barata; discipulado o pasividad; fidelidad a Cristo o disimulada apostasía. Ese es el dilema que enfrenta nuestra generación y con el que nos confronta este importante texto.

ATENTAMENTE

Los Editores

GRACIA COSTOSA

Por: Dietrich Bonhoeffer


La gracia barata es el enemigo mortal de nuestra Iglesia. Hoy en día estamos luchando por la gracia que cuesta.

Gracia barata significa gracia vendida en el mercado como baratijas de segunda mano. Los sacramentos, el perdón de pecados, y los consuelos de la religión se malbaratan a precios rebajados. La gracia es representada como la inexhaustible tesorería de la Iglesia, de la cual ella hace llover bendiciones con manos generosas, sin hacer preguntas o fijar límites. ¡Gracia sin precio; gracia sin costo! La esencia de la gracia, suponemos, es que la cuenta ha sido pagada por adelantado; y que, por cuanto ha sido pagada, todo puede ser obtenido por nada. Por cuanto el costo fue infinito, las posibilidades de usarla y gastarla también son infinitas. ¿Qué sería la gracia si no fuera barata?

Gracia barata significa gracia como una doctrina, un principio, un sistema. Significa el perdón de pecados proclamado como una verdad general, el amor de Dios enseñado como la concepción “cristiana” de Dios. Un asentimiento intelectual a esa idea se considera, por sí mismo, suficiente para asegurar la remisión de pecados. La Iglesia que tiene la doctrina correcta de la gracia participa ipso facto, se supone, de esa gracia. En tal Iglesia, el mundo halla una cubierta barata para sus pecados; no se requiere ninguna contrición, y mucho menos el deseo real de ser libertado del pecado. La gracia barata, por lo tanto, se reduce a una negación de la Palabra viva de Dios. Es, de hecho, una negación de la Encarnación de la Palabra.

Gracia barata significa la justificación del pecado sin la justificación del pecador. La gracia sola hace todo, dicen ellos, y así todo puede permanecer como era antes. El mundo continúa en el mismo viejo camino, y nosotros todavía somos pecadores “aún en la mejor vida,” como dijo Lutero. Bueno, entonces que el cristiano viva como el resto del mundo, que se moldee a los estándares del mundo en cada área de la vida y que no aspire presuntuosamente a vivir una vida bajo la gracia, diferente a su antigua vida bajo el pecado. Esa era la herejía de los entusiastas, los anabaptistas y los de ese tipo. Que el cristiano se cuide de rebelarse contra la gratuita e ilimitada gracia de Dios y de profanarla. ¡Qué no intente erigir una nueva religión de la letra procurando vivir una vida de obediencia a los mandamientos de Jesucristo! El mundo ha sido justificado por gracia. El cristiano sabe eso, y se lo toma en serio. Él sabe que no debe luchar contra esta gracia indispensable. Por lo tanto: ¡Qué viva como el resto del mundo! Por supuesto que le gustaría ir y hacer algo extraordinario, y se requiere de bastante dominio propio para refrenarse del intento, y para contentarse con vivir como vive el mundo. Sin embargo, es imperativo que el cristiano niegue sus deseos, y practique la modestia para que su vida no se distinga de la forma de vivir del mundo. Debe dejar a la gracia ser verdaderamente gracia, de otro modo destruirá la fe del mundo en el don gratuito de la gracia. Que el cristiano descanse satisfecho con su mundanalidad y con su renuncia a alcanzar ningún estándar mas alto que el mundo. Lo está haciendo por causa del mundo, más que por causa de la gracia. Que permanezca confortado y descanse seguro en su posesión de esta gracia pues la sola gracia todo lo hace. ¡Qué el cristiano disfrute las consolaciones de su gracia en vez de seguir a Cristo! Eso es lo que queremos decir con gracia barata, la gracia que es a fin de cuentas la justificación del pecado sin la justificación del pecador arrepentido que se aparta del pecado, y de quien el pecado se aparta. La gracia barata no es el tipo de perdón de pecados que nos liberta de las fatigas y afanes del pecado. La gracia barata es la gracia que nos otorgamos a nosotros mismos.

Gracia barata es la predicación del perdón sin requerir arrepentimiento, bautismo sin disciplina eclesiástica, comunión sin confesión; absolución sin confesión personal. Gracia barata es gracia sin discipulado, gracia sin la cruz, gracia sin Jesucristo vivo y encarnado.

La gracia costosa es el tesoro escondido en el campo, por causa de él un hombre irá felizmente y venderá todo lo que posee. Es la perla de gran precio por lo cual, el mercader venderá todos sus bienes. Es la regla majestuosa de Cristo, por la cual un hombre se sacará el ojo que lo hace tropezar. Es el llamado de Jesucristo, al cual el discípulo deja sus redes y lo sigue. Gracia costosa es el evangelio que debe ser buscado vez tras vez, el regalo que debe ser pedido, la puerta a la cual un hombre debe llamar.

Tal gracia es costosa porque nos llama a seguir, y es gracia porque nos llama a seguir a Jesucristo. Es costosa porque le cuesta a un hombre su vida y es gracia porque le da a un hombre la única vida verdadera. Es costosa porque condena el pecado y es gracia porque justifica al pecador. Sobre todo, es costosa porque le costó a Dios la vida de su Hijo: “Porque habéis sido comprados por precio;” y lo que le ha costado mucho a Dios no puede ser barato para nosotros. Sobre todo, es gracia porque Dios no estimó a su Hijo como un precio muy caro que pagar por nuestra vida, sino que lo entregó por nosotros. La gracia costosa es la Encarnación de Dios.

La gracia costosa es el santuario de Dios; tiene que ser protegida del mundo y no echada a los perros. Es por lo tanto, la palabra viviente, la Palabra de Dios que Él habla como le place. La gracia costosa nos confronta como un bondadoso llamado a seguir a Jesús, viene como una palabra de perdón al espíritu quebrantado y al corazón contrito. La gracia es costosa porque obliga a un hombre a someterse al yugo de Cristo y a seguirlo; es gracia porque Jesús dice “mi yugo es fácil y ligera mi carga”.

En dos ocasiones separadas Pedro recibió el llamado “Sígueme”. Esta fue la primera y última palabra que Jesús habló a su discípulo (Marcos 1:17; Juan 21:22). Hay toda una vida entre estos dos llamados. La primera ocasión ocurrió junto al lago de Genesaret, cuando Pedro dejó sus redes y su oficio y siguió a Jesús a su indicación. La segunda vez es cuando el Señor Resucitado lo encuentra de nuevo en su antiguo oficio. Una vez mas ocurre junto al lago de Genesaret, y una vez mas el llamado es: “Sígueme”. Entre los dos llamados, hay toda una vida de discipulado siguiendo a Cristo. A la mitad, entre ellos, viene la confesión de Pedro, cuando reconoció a Jesús como el Cristo de Dios. Tres veces Pedro escucha la misma proclamación que Cristo es su Señor y Dios: al principio, al final y en Cesárea de Filipo. En cada ocasión es la misma gracia de Cristo la que le dice: “Sígueme” y que se revela a sí misma a Pedro en su confesión del Hijo de Dios. Tres veces en el caminar de Pedro lo atrajo la gracia. La misma gracia proclamada de tres maneras diferentes. Esta gracia ciertamente no era auto-otorgada. Era la gracia de Cristo mismo ahora prevaleciendo sobre el discípulo para que lo dejara todo y para seguirlo a Él. Luego operando en él esa confesión que para el mundo debe sonar como la máxima blasfemia. Después, invitando a Pedro al supremo seguimiento del martirio por el Señor que había negado y por la misma gracia perdonándole todos sus pecados. En la vida de Pedro la gracia y el discipulado son inseparables. Él había recibido la gracia costosa.

Conforme el cristianismo se extendió y la Iglesia se volvió más secularizada, esta consciencia de lo costoso de la gracia se desvaneció gradualmente, el mundo fue cristianizado y la gracia vino a ser su propiedad común. Tenía que ser obtenida a un bajo costo; sin embargo, la Iglesia de Roma no perdió del todo la visión inicial. Es altamente significativo que la Iglesia fue lo suficientemente astuta para abrirle lugar al movimiento monástico y para prevenir que se deslizase hacia el cisma. Aquí, en el margen exterior de la Iglesia, había un lugar en donde la antigua visión se mantuvo viva. Allí, hombres recordaban aun que la gracia cuesta, que la gracia significa seguir a Cristo. Allí dejaron ellos todo lo que tenían por causa de Cristo y se esforzaban diario para practicar sus rigurosos mandamientos.

De esta manera, el monasticismo vino a ser una protesta viviente contra la secularización del cristianismo y el abaratamiento de la gracia, pero la Iglesia fue suficientemente sabia para tolerar esta protesta y para prevenir que se desarrollara hasta sus conclusiones lógicas. Y de esta manera tuvo éxito en relativizarla, usándola aún para justificar la secularización de su propia vida. El monasticismo era representado como un logro personal que la masa de los laicos no podía esperarse que imitara. Al limitar así la aplicación de los mandamientos de Jesús a un grupo restringido de especialistas, la Iglesia formuló la concepción fatal del doble estándar—un estándar máximo y otro mínimo de obediencia cristiana. Cada vez que la iglesia era acusada de estar demasiado secularizada, siempre podía apuntar al monasticismo como una oportunidad de vivir una vida más alta dentro del redil, y de esta manera justificar la otra posibilidad de un estándar de vida más bajo para otros; y así obtenemos el paradójico resultado de que el monasticismo, cuya misión era preservar en la Iglesia de Roma el concepto original cristiano de la gracia costosa, proporcionó una justificación conclusiva para la secularización de la Iglesia. A fin de cuentas, el error fatal del monasticismo no estaba tanto en su rigorismo (aunque aún aquí había bastante malinterpretación del contenido preciso de la voluntad de Jesús) sino en el extremo en que se apartó del cristianismo genuino. De esta manera, el monasticismo se estableció a sí mismo como el logro individual de unos pocos elegidos, reclamando así un mérito especial propio.
Cuando vino la Reforma, la providencia de Dios levantó a Lutero para restaurar el Evangelio de la gracia pura y costosa. Lutero pasó por el claustro; él era un monje y todo esto era parte del plan divino. Lutero había dejado todo para seguir a Cristo en el camino de la obediencia absoluta. Había renunciado al mundo con tal de vivir la vida cristiana, había aprendido la obediencia a Cristo y a su Iglesia, porque solamente el que es obediente puede creer. El llamado al monasterio exigía de Lutero la entrega completa de su vida, pero Dios destruyó sus esperanzas. Le enseñó a través de las Escrituras que el seguir a Cristo no es el logro o mérito de algunos pocos selectos, sino el mandamiento divino a todos los cristianos sin distinción. El monasticismo había transformado el humilde trabajo del discipulado en la actividad meritoria de los santos y la negación personal del discipulado en flagrante autosuficiencia espiritual de lo “religioso”. El mundo había penetrado subterticiamente el corazón mismo de la vida monástica y una vez más, estaba haciendo estragos. El intento de los monjes por escapar del mundo resultó ser una sutil forma de amor al mundo. Estando así borrada la esencia de la vida religiosa, Lutero se asió de la gracia. Justo cuando el mundo entero del monasticismo se desplomaba en ruinas alrededor de él, él vio a Dios en Cristo extendiendo su mano para salvar. Él se asió de esa mano en fe, creyendo que “después de todo, nada de lo que podemos hacer sirve para nada, independientemente de la vida buena que llevamos”. La gracia que se le otorgó a él, fue una gracia costosa e hizo pedazos toda su existencia. Una vez más, Lutero debía dejar sus redes y seguir a Jesús. La primera vez, fue cuando entró en el monasterio, cuando había dejado atrás todo excepto su piadosa persona. En esta ocasión aún eso le fue quitado. Él obedeció el llamado, no a través de ningún merito propio, sino simplemente a través de la gracia de Dios. Lutero no oyó la palabra: “Por supuesto que has pecado pero ahora todo te ha sido perdonado, así que puedes quedarte como estás y disfrutar los consuelos del perdón”. No, Lutero tuvo que dejar el claustro y regresar al mundo, no porque el mundo era bueno y santo en si mismo, sino porque aún el monasterio era solamente una parte del mundo.

El regreso de Lutero del monasterio al mundo fue el peor golpe que el mundo ha sufrido desde los inicios del cristianismo. La renuncia que él hizo cuando se volvió monje fue un juego de niños, comparada con la que tuvo que hacer cuando regresó al mundo. Ahora venía el asalto frontal. La única manera de seguir a Jesús era viviendo en el mundo. Hasta aquí la vida cristiana había consistido en el logro de unas cuantas almas selectas bajo las condiciones excepcionalmente favorables del monasticismo, pero ahora, era una obligación para cada cristiano viviendo en el mundo. Al mandamiento de Jesús se le debía conferir perfecta obediencia en la diaria vocación de la vida personal. El conflicto entre la vida del cristiano y la vida del mundo fue, de esta manera, catapultado a la mayor notoriedad posible. Era un conflicto mano a mano entre el cristiano y el mundo. Es una malinterpretación fatal el suponer que el redescubrimiento de Lutero del Evangelio de la gracia pura ofrecía una dispensa general de la obediencia al mandamiento de Jesús o que el gran descubrimiento de la Reforma fue que la gracia perdonadora de Dios confería automáticamente sobre el mundo tanto rectitud como santidad. Al contrario, para Lutero el llamado terrenal de los cristianos es santificado sólo en tanto que ese llamado, registre la oposición final y radical contra el mundo. Sólo mientras que el llamado secular de los cristianos se ejercita en el seguir a Jesús, recibe nueva autorización y justificación del Evangelio. No fue la justificación del pecado, sino la justificación del pecador lo que empujó a Lutero del monasterio de regreso al mundo. La gracia que había recibido, era gracia costosa. Era gracia, porque era como agua en tierra seca, consuelo en la tribulación, libertad de la esclavitud de un camino escogido por iniciativa propia, y perdón de todos sus pecados; y era costosa, pues muy lejos de exentarlo de hacer buenas obras, significaba que debía tomar el llamado al discipulado más en serio que nunca. Era gracia porque costó tanto, y costó tanto porque era gracia. Ese era el secreto del evangelio de la Reforma: la justificación del pecador.

Sin embargo, el resultado de la Reforma no fue la victoria de la percepción de Lutero de la gracia en toda su pureza y elevado costo. Mas bien triunfó el instinto del humano religioso y vigilante que buscaba un lugar donde la gracia puede ser obtenida al precio más barato. Todo lo que se necesitaba, era un cambio sutil, casi imperceptible de énfasis, y el daño estaba hecho. Lutero había enseñado que el hombre no puede estar delante de Dios independientemente de qué tan religiosas sean sus obras y caminos, porque en el fondo siempre está buscando sus propios intereses. Desde lo profundo de su miseria, Lutero se había asido por fe del perdón gratuito e incondicional de todos sus pecados. Esa experiencia le enseñó que esta gracia le había costado su misma vida, y que le debería seguir costando el mismo precio día tras día. Lejos de dispensarlo del discipulado, esta gracia solo lo hacía un discípulo más comprometido. Cuando hablaba de la gracia, Lutero siempre señalaba como corolario que le había costado su propia vida, la vida que ahora estaba sujeta a la obediencia absoluta a Cristo. Sólo así podía él hablar de gracia. Lutero había dicho que sólo la gracia por sí misma puede salvar; sus seguidores tomaron su doctrina y la repitieron palabra por palabra, pero dejaron fuera su invariable implicación: la obligación del discipulado. No había necesidad de que Lutero mencionara siempre explícitamente ese corolario, porque él siempre hablaba como uno que había sido guiado por gracia a seguir a Cristo de la manera más estricta. Juzgada por los estándares de la doctrina de Lutero, la de sus seguidores era inexpugnable y sin embargo su ortodoxia anunciaba el fin y la destrucción de la Reforma como la revelación de la gracia costosa de Dios. La justificación del pecador en el mundo degeneró en la justificación del pecado y del mundo. La gracia costosa se convirtió en gracia barata sin discipulado.

Lutero había dicho que todo lo que podemos hacer es en vano, independientemente de la vida de bondad que llevemos. Él había dicho que nada nos puede ser útil delante de Dios sino “la gracia y el favor que confieren el perdón del pecado”. Pero él hablaba como alguien que sabía que en el momento mismo de su crisis estaba llamado a dejar por segunda vez todo lo que tenia y seguir a Jesús. El reconocimiento de la gracia fue su ruptura final y radical, con el pecado que le asediaba, pero nunca fue la justificación de ese pecado. Al asirse del perdón de Dios, renunció de forma final y radical a una vida voluntariosa, y esta ruptura fue tal que le llevó inevitablemente a seguir a Cristo. Él siempre vio esto como la respuesta integral, pero una respuesta a la que él había llegado por medio de Dios, no por medio del hombre. Pero entonces sus seguidores convirtieron la “respuesta” en meros datos para hacer sus propios cálculos. Esa era la raíz del problema, si la gracia, el don gratuito de la vida cristiana es la respuesta de Dios, entonces nosotros no podemos ni por un momento, prescindir de seguir a Cristo. Pero si la gracia consiste en mera información para mi vida cristiana, significa que entonces yo salí a vivir la vida cristiana en el mundo con todos mis pecados justificados de antemano. Puedo ir y pecar todo lo que me dé la gana y fiarme de esta gracia para que me perdone porque, al fin y al cabo, el mundo se justifica en principio por gracia. Yo puedo, por lo tanto, asirme a mi vida secular burguesa y permanecer como estaba antes, pero con la garantía agregada de que la gracia de Dios me cubrirá. Es bajo la influencia de este tipo de “gracia” que el mundo ha sido hecho “cristiano”, pero al costo de secularizar la religión cristiana como nunca antes. La antítesis entre la vida cristiana y la vida de la respetabilidad burguesa ha terminado. La vida cristiana viene a convertirse en nada más que vivir en el mundo y como el mundo, en no ser diferentes del mundo. De hecho, viene a convertirse en prohibición de ser diferente al mundo por causa de la gracia. El resultado final de todo esto es que mi único deber como cristiano es dejar el mundo durante más o menos una hora un domingo en la mañana e ir a la iglesia para estar seguro de que mis pecados están todos perdonados. Ya no necesito intentar más seguir a Cristo pues la gracia barata, el enemigo más acérrimo del discipulado, que el verdadero discipulado debe aborrecer y detestar, me ha liberado de eso. La gracia como información para nuestros cálculos, significa gracia al precio más barato, pero la gracia como respuesta integral, significa gracia costosa. Es aterrador darse cuenta del uso que se le puede dar a una genuina doctrina evangélica. En ambos casos tenemos una fórmula idéntica: “justificación sólo por fe”; sin embargo, el uso indebido de esta fórmula lleva a la completa destrucción de su misma esencia. Al fin de una vida consumida en la búsqueda del conocimiento, Fausto tiene que confesar:

“Ahora veo que nada podemos saber”.

Esa es la respuesta a un total, es el resultado de una larga experiencia. Pero como Kierkegaard observó, es una cosa bastante diferente cuando un novato llega a la universidad y usa esa misma mentalidad para justificar su indolencia. Como la respuesta a una suma, es perfectamente verdadera, pero como información inicial, es un fragmento de autoengaño. Pues el conocimiento adquirido no puede divorciarse de la existencia en la cual se adquiere. El único hombre que tiene el derecho a decir que ha sido justificado sólo por gracia es el hombre que ha dejado todo para seguir a Cristo. Tal persona sabe que el llamado al discipulado es un regalo de gracia y que el llamado es inseparable de la gracia. Pero aquellos que intentan usar esta gracia como un permiso para no imitar la vida de Cristo, están simplemente engañándose a sí mismos.

Nosotros los luteranos, nos hemos reunido como águilas alrededor del cadáver de la gracia barata y hemos bebido ahí del veneno que ha matado la vida del seguir a Cristo. Es verdad, por supuesto, que en la cristiandad hemos brindado divinos honores sin igual a la doctrina de la gracia. Es más hemos exaltado esa doctrina hasta la posición de Dios mismo. En todos lados, la fórmula de Lutero ha sido repetida, pero su verdad pervertida en un auto-engaño. ¡Mientras nuestra iglesia tenga la doctrina correcta de la justificación, no hay duda alguna de que es una Iglesia justificada! Eso dijeron, pensando que debemos vindicar nuestra herencia luterana haciendo dicha gracia disponible en los términos más baratos y fáciles posibles. El ser “luterano” debe significar que dejamos el imitar la vida de Cristo a los legalistas, los calvinistas y los entusiastas y todo esto por amor a la gracia. Nosotros justificamos al mundo, y condenamos como heréticos a aquellos que trataron de seguir a Cristo. El resultado fue que una nación vino a ser cristiana y luterana, pero a precio del verdadero discipulado. El precio que había sido llamado a pagar la nación era demasiado barato. A final de cuentas, la gracia barata había ganado.

Pero, ¿nos damos cuenta de que esta gracia barata se ha vuelto contra nosotros mismos como un bumerang? El precio que estamos teniendo que pagar hoy en día en términos del colapso de la Iglesia organizada, es solamente la consecuencia inevitable de nuestra política de hacer disponible la gracia a todos a un precio demasiado bajo. Regalamos la Palabra y los sacramentos al por mayor; bautizamos, confirmamos y absolvimos a toda una nación sin que nos lo pidieran y sin condición alguna. Nuestro sentimiento humanitario nos hizo dar lo santo a los escarnecedores e incrédulos. Derramamos oleadas de gracia interminables. Pero el llamado a seguir a Jesús en el camino angosto casi nunca era oído. ¿Dónde estaban esas verdades que impulsaron a la primera iglesia a instituir el catecumenado, el cual permitió que se mantuviera una supervisión estricta sobre los límites entre la Iglesia y el mundo, y permitió una protección adecuada para la gracia costosa? ¿Qué le había pasado a todas esas advertencias de Lutero contra predicar el evangelio en una manera tal que hiciere descansar seguros a los hombres en su forma impía de vivir? ¿Hubo alguna vez alguna instancia más terrible o desastrosa de la cristianización del mundo que ésta? ¿Qué son esos tres mil sajones ejecutados por Carlomagno, comparados con los millones de cadáveres espirituales en nuestro país hoy en día? Ha sido abundantemente comprobado en nosotros que los pecados de los padres son visitados sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación. La gracia barata ha resultado ser absolutamente despiadada hacia nuestra Iglesia Evangélica.

Esta gracia barata no ha sido menos desastrosa para nuestras propias vidas espirituales. En lugar de abrir el camino hacia Cristo, lo ha cerrado. En lugar de llamarnos a seguir a Cristo, nos ha endurecido en nuestra desobediencia. Tal vez habíamos oído alguna vez el llamado de gracia a seguirlo a Él, y aún a causa de este mandato incluso tomado los primeros pasos del camino del discipulado, en la disciplina de la obediencia, sólo para encontrarnos confrontados por el mensaje de la gracia barata. ¿Acaso no fue eso despiadado y cruel? El único efecto que tal mensaje pudo haber tenido era el de bloquear nuestro camino hacia el progreso, y seducirnos al nivel mediocre del mundo, apagando el gozo del discipulado al decirnos que estábamos siguiendo un camino escogido por nosotros, que estábamos gastando nuestra fuerza y disciplinándonos en vano todo lo cuál no era solamente inútil, sino peligroso en extremo. Después de todo, se nos dijo que nuestra salvación ya había sido efectuada por la gracia de Dios. El pabilo que humea fue apagado despiadadamente. Era cruel hablarle así a las personas, pues una oferta tan barata sólo podía dejarlos confundidos y tentarlos a apartarse del camino al cual habían sido llamados por Cristo. Habiéndose asido de la gracia barata, fueron impedidos para siempre del conocimiento de la gracia costosa. Engañadas y debilitadas, las personas sentían que eran fuertes ahora que estaban en posesión de esta gracia barata mientras que en realidad habían perdido el poder para vivir la vida de discipulado y obediencia. El mensaje de la gracia barata ha provocado la ruina de más cristianos que cualquier mandamiento de obras.

En nuestros capítulos subsecuentes, trataremos de encontrar un mensaje para aquellos que están siendo inquietados por este problema y para quienes el mundo de la gracia ha sido vaciado de todo su significado. Este mensaje debe de ser expuesto por causa de la verdad, por causa de aquellos entre nosotros que confiesan que a través de la gracia barata han perdido el seguir a Cristo, y más aún, con el seguir a Cristo, han perdido el entendimiento de la gracia costosa. Para simplificarlo, debemos emprender este trabajo porque ahora estamos listos para admitir que ya no estamos en el camino del verdadero discipulado. Confesamos que, aunque nuestra Iglesia es ortodoxa, en cuanto respecta a su doctrina de la gracia, ya no estamos seguros de que somos miembros de una Iglesia que sigue a su Señor. Debemos, por lo tanto, intentar recuperar un verdadero entendimiento de la relación recíproca entre la gracia y el discipulado. El asunto ya no puede ser evadido. Se está haciendo más claro cada día que el problema más urgente que asedia a nuestra Iglesia es éste: ¿Cómo podemos vivir la vida cristiana en el mundo moderno?

Bienaventurados aquellos que han llegado al fin del camino que buscamos andar, los que se asombran al descubrir la nada obvia verdad que la gracia es costosa, sólo porque es la gracia de Dios en Jesucristo. Bienaventurados los sencillos seguidores de Jesucristo que han sido conquistados por su gracia, los que pueden cantar las alabanzas de la autosuficiente gracia de Cristo con humildad de corazón. Bienaventurados los que, conociendo esa gracia, pueden vivir en el mundo sin ser del mundo, aquellos que, siguiendo a Jesucristo, están tan seguros de su ciudadanía celestial que están verdaderamente libres para vivir sus vidas en este mundo. Bienaventurados los que saben que el discipulado significa simplemente la vida que brota de la gracia, y que gracia simplemente significa discipulado. Bienaventurados los que han venido a ser cristianos en este sentido de la palabra. Para ellos, el mensaje de la gracia ha demostrado ser una fuente de misericordia.

Andrew Strom- Un llamado a la intercesión agonizante

Publicado por Daniel Lopez | Etiquetas: | Posted On miércoles, 2 de diciembre de 2009 at 19:26




(Nota: El autor está predicando en primer lugar a la iglesia de Estados Unidos. Pero las iglesias en América Latina están en gran medida copiando lo que hace la iglesia en Estados Unidos. Por tanto, el mismo mensaje se aplica también a América Latina. Quien cree que no es así, debe preguntarse primero si él mismo no es también un “pez que no puede ver el agua”, según el ejemplo que el autor pone hacia el final. Aunque no somos los líderes en esta apostasía, somos también culpables por seguir a los líderes equivocados.)

Quiero empezar con una pregunta: Si Juan el Bautista estuviera hoy en nuestro vecindario, ¿nosotros, los americanos de hoy, saldríamos a escucharle? ¿Los cristianos, saldríamos a escucharle? - La Biblia dice que toda Judea y toda Jerusalén salió a escucharle y ser bautizados por él; y Juan fue un predicador muy "pesado". Nosotros hoy - ¿iríamos a escucharle?
Juan no hizo milagros; no hizo nada divertido; ¡no tenía nada! - Por tanto, pienso que los cristianos de hoy le ignorarían. Los pastores y predicadores tendrían éxito en lo que los fariseos fracasaron: lograrían silenciarle, hacer que todo el mundo le ignore; y Juan no tendría otra salida que tomar el próximo barco e irse a predicar en otro lugar - por ejemplo en Africa.

Estoy muy preocupado por América. América es el último país de avivamiento que quedó en el mundo occidental. Otras naciones tienen avivamientos, porque tienen hambre por Dios, Nosotros no tenemos esta hambre.

Los Estados Unidos tienen 40% de asistencia a las iglesias, y tienen una historia de avivamientos cada 50 años, durante los últimos 250 años. Si este país pierde el próximo avivamiento, ¿adónde irá?
¿Estamos desesperados por un avivamiento? - Temo que no. Simplemente estamos engordados espiritualmente. Estamos en un estado peor que en cualquier momento del pasado. En el pasado, cada 50 años América experimentó un avivamiento. Y es por eso que los Estados Unidos se hicieron grandes. ¡No es porque "elegimos a los chicos buenos"! Sin embargo, muchos cristianos parecen creer esto. Creen que esta nación se hizo grande porque hemos elegido el gobierno correcto. ¡Esto es idolatría política! ¡Arrepiéntanse de la idolatría política! Es una idea necia, pensar que algún presidente, o algún ser humano, pueda darnos avivamiento. Hemos llegado a una situación tan absurda, que en 2004 los cristianos oraron con todo fervor porque parecía que Bush iba a perder las elecciones, pero NUNCA oraron de esta manera ferviente por avivamiento.

En 2001 oramos con fervor, cuando aquellas torres se vinieron abajo. Les digo que esto no lo fueron los musulmanes; esto fue el juicio de Dios. Lo sé porque todo el mundo se puso de rodillas en aquel día, y clamaron: "¡Dios, ten misericordia sobre nosotros!". - Por un breve momento parecía que el corazón de América se iba a abrir para Jesús; pero fue solo un momento pasajero. Nos hemos vuelto a nuestro egoísmo, y en los últimos cinco años hubo una verdadera orgia de compras insensatas, egoístas, como nunca antes en la historia. Por primera vez en la historia, incontables padres han vendido el futuro de sus hijos, hipotecando sus casas y endeudándose con compras para su propio placer - y esto es lo único que todavía mantiene la economía americana con vida. Les digo que esta burbuja va a reventar. ¡La mayoría de la gente ahora tiene más hipotecas sobre su casa de lo que la casa vale! ¡Las deudas acumuladas equivalen a un millón de millones de dólares! La mayoría de la gente será completamente incapaz de pagar sus deudas, y enfrentarán la bancarrota. Y todo esto solo para comprar más carros nuevos y otros "juguetes" para satisfacer nuestro egoísmo. Hasta el punto de que los cristianos piensan que un predicador no vale nada si no tiene el último modelo de carro.

Les quiero relatar brevemente la historia de esta nación, en cuanto a los avivamientos; porque ya no estamos conscientes de esta historia.
- Gales fue un país de avivamientos, mucho más que América - hasta 1904. Los avivamientos grandes eran cada 50 años, y en los tiempos intermedios hubo muchos avivamientos pequeños y medianos. Pero en 1904 tuvieron su último avivamiento, y pienso que nunca más tendrán uno. ¿Por qué?
- Quizás que tiene que ver con que este avivamiento terminó mal.
Pero más pienso que no estuvieron lo suficiente deseperados en sus oraciones para conseguir otro avivamiento. Y nosotros aquí tampoco estamos lo suficientemente desesperados para conseguir nuestro próximo avivamiento. ¿Quiénes tuvieron el siguiente avivamiento en Gran Bretaña (de lo que Gales es una parte)? El único lugar en Gran Bretaña que volvió a tener un avivamiento, fue la diminuta isla de las Hébridas. Y ese avivamiento (en 1949) es famoso hasta hoy. ¿Por qué? ¡Ellos tenían oración ferviente! Una hermana anciana, ciega, con su hermana, y después también unos ancianos de la iglesia, oraron por avivamiento durante unos diez años, antes que llegó.
¡Y estamos hablando de oración VERDADERA! No este dulce "Querido Jesús, te amamos, por favor envía avivamiento." Si tú no puedes clamar desde lo más profundo de tu ser, ¡olvídalo! Si no puedes llorar desesperadamente por tu nación, ¡olvídalo! ¿Hay alguien aquí que está desesperado? - Yo estoy desesperado. Realmente estoy listo para abandonar esta nación si nada mejora. ¿Qué es lo que estoy buscando? - Simplemente HAMBRE. Nada más que hambre por Dios. Muéstrame unos americanos hambrientos por Dios, y me quedaré y seguiré predicando aquí. Si no los hay, me iré.
Yo no creo que podemos esperar el próximo movimiento de Dios en una actitud tibia, complaciente, vacilante. Es que de esta manera nunca, nunca sucedió. Creo que esto es lo que sucedió en Gales: "Dios debe amar tanto a nuestra nación, que El nos regalará el próximo avivamento sobre una bandeja de plata." Esta actitud no agrada a Dios.

Los avivamientos vienen en "olas", en espacios grandes. Cuando estuve en América por primera vez, hace unos tres años, me desperté una madrugada y Dios me dio literalmente el mensaje que debía predicar a América. Fue este: "América ha tenido un avivamiento cada cincuenta años, durante los últimos 250 años. Tienes que advertirles porque están en gran peligro de perder el próximo avivamiento." - Esto fue lo que prediqué desde entonces en todos los lugares. Porque aquí puede suceder lo mismo como en Gales. Tenemos que orar y llorar y volvernos desesperados, porque de otra manera no veremos ningún avivamiento.
Yo he estudiado la historia de avivamientos por muchos años; pero Dios tuvo que despertarme literalmente del sueño para hacerme ver este patrón de los cincuenta años. Llamé a mi padre que es también un escritor sobre avivamientos, y le dije: "Creo que hay este patrón regular en los avivamientos, compruébalo." Empezamos con el Primer Gran Avivamiento, Segundo Gran Avivamiento, Gran Avivamiento de Oración (donde dos millones de personas fueron salvos dentro de dos años), después el avivamiento de la Calle Azusa, y finalmente el "Avivamiento de sanidades" - siempre hay un espacio de aproximadamente 50 años entre ellos. Esto nos deja aquí, ahora, cincuenta años después. Empezó en 1741 y continuó hasta hoy. Y el tiempo para el siguiente avivamiento es AHORA.
Este año (2006) celebramos el aniversario de cien años del avivamiento de la Calle Azusa. Hace cincuenta años fue el fin del "avivamiento de sanidades". En 1857 fue el comienzo del Gran Avivamiento de Oración. ¿Ven cuán exactas son las fechas? La "ventana del tiempo" está abierta AHORA.

Pero yo no veo en ninguna parte de América a aquellos predicadores de arrepentimiento que podrían producir salvaciones verdaderas. Solo veo a un montón de tipos comprometidos con el mundo que ganan montones de dinero, predicando quizás 80 ó 90% de la verdad; pero el resto lo llenan con mentiras dulces, para que siga durmiendo esta nación que desesperadamente necesita arrepentirse.
Veo a mucha gente que ora a medias - incluso la gente en mi lista de correos, que se llama "la lista del avivamiento". Casi nadie de ellos ora realmente con esta desesperación. No estamos agonizando, no estamos clamando y llorando. ¿Por qué? Es que hemos engordado. "Somos ricos y nos hemos enriquecido en Cristo y no necesitamos nada más" - y es por esta actitud que creo que vamos a echar a perder el próximo avivamiento.
Yo no vine acá para decir esto - con mi esposa y mis seis hijos dejamos atrás todo lo que teníamos en Nueva Zelandia, y llegamos acá con solo una maleta y una caja cada uno; ¿ustedes creen que hicimos esto con una actitud superficial?
Yo creo realmente, muy dentro de mi corazón, que Dios desea desesperadamente un avivamiento para esta nación; mucho más de lo que nosotros nos imaginamos. Pero se necesita audacia para pedir un avivamiento.
En esta nación, en los últimos años, ha habido un movimiento masivo de dinero y de egoísmo extremo, sin precedentes en la historia. Los hombres del pasado trabajaban duro, y hubo personas piadosas y avivamientos. Pero en los últimos cincuenta años nos hemos vuelto adictos a "comida chatarra" espiritual y física, y ahora simplemente somos gordos y perezosos. ¡Un cristiano gordo y perezoso no orará desesperadamente por avivamiento!
Si quieres escuchar una oración desesperada, tendrás que ir a Africa o a Asia. Allí todavía hay hermanos que claman unidos desde lo profundo de su corazón, que se inclinan sobre sus rostros ante Dios y le buscan. Aquí ya no tenemos a casi nadie que sabe hacer esto.

Volviendo a las Hébridas: Una isla diminuta, y necesitaba una década de oración intensiva y masiva, para conseguir un avivamiento.
Hace poco recibí un correo de un movimiento juvenil de oración, y mencionaron sus peticiones "desesperadas" de oración: por una derrota del movimiento homosexual, que paren los abortos, etc; todos estos asuntos sociales. Pero se olvidaron completamente de la única necesidad desesperada que podría arreglar todos estos asuntos: la necesidad de avivamiento entre los cristianos. ¡Y este es uno de los pocos movimientos de oración que por lo menos hace todavía algo bueno en esta nación!
Tenemos multitudes de "profetas" viajando por el país; yo les llamo "profetas de Disneylandia". Ellos llegan a la ciudad y tienen una palabra positiva para cada persona que les esucha; incluso para cada pastor que vive en adulterio y es descubierto dos semanas después - "Gloria a Dios, profetizaremos cosas buenas sobre este hermano" - esta es la clase de profetas que tenemos hoy. Ya no tenemos profetas al estilo de Juan el Bautista. El no podría "causar comezón a nuestros oídos" como los "profetas" modernos.
¿Saldríamos nosotros a Juan el Bautista, como Judea y Jerusalén? Ellos no eran personas particularmente justos; cuando Jesús vino, muy pocos realmente le hicieron caso. Pero ellos salieron para escuchar a Juan; salieron por miles para escucharle reprenderles, para recibir una reprensión de parte del profeta de Dios. Yo no creo que América hoy haría esto. Su oportunidad pasó.

¿Podremos ver algún avivamiento local? - Yo creo que sí. Podremos ver, por ejemplo, un avivamiento en cierta parte de Los Angeles; he escuchado orar a un grupo de jóvenes de allí que están realmente "desesperados". Podremos ver algunos avivamientos locales. Pero para un gran avivamiento a nivel nacional, creo que la "ventana del tiempo" ya se está cerrando. Según vi en mis estudios de la historia, estas "ventanas de tiempo" generalmente duran unos siete años; y los siete años ya están acabando.
¿Conocen ustedes la historia de Gales, después que perdieron su último avivamiento? - Hoy tienen todavía 7% de asistencia a la iglesia; y su interés espiritual es el más bajo en toda Europa.
Lo que ha mantenido la asistencia a la iglesia tan alta en América, han sido los avivamientos regulares cada cincuenta años. Y en cada generación Dios ha encontrado a intercesores para orar por avivamiento, y predicadores para predicar arrepentimiento. Pero ahora temo que la oportunidad está pasando, porque ya no tenemos esta clase de hombres. A todos nuestros predicadores que se ven prometedores y que predican arrepentimiento, les pagamos un millón de dólares y los ponemos a la televisión y les decimos: "Prediquen prosperidad, pre­diquen éxito, porque esto es lo que queremos oir." Y ellos son tan estúpidos para creernos. Y de esta manera hemos arruinado a cada joven predicador y profeta que pudimos encontrar.
- Y por mientras seguimos vendiendo a nuestros hijos, y nuestra pereza nos va a arruinar.

¿Y saben qué estamos haciendo con nuestras riquezas y con nuestra televisión? Ahora estamos transmitiendo la prédica de la prosperidad a Africa y Asia, y los líderes cristianos allí nos están escuchando, y empiezan a explotar a sus ovejas de la misma manera como lo hacemos nosotros.
Hace poco hubo unas profecías de que toda California será destruida por un gran terremoto, y yo creo que puede ser verdad. ¿Saben por qué? - Es en California donde se encuentra la industria pornográfica más grande del mundo. Es desde allí que empezaron a poner pornografía en la internet e hicieron una ganancia enorme con ello. Es en California donde se encuentra Hollywood, y la juventud del mundo entero mira las películas de Hollywood. La América que ven en estas películas, es una parodia totalmente enfermiza: todo es sexo y violencia, y cada año se vuelve peor. Yo no dejo a mis hijos mirar ninguna televisión en este país, porque aun las propagandas son tan terribles. Es con esto que alimentamos a todas las naciones del mundo, y con esto estamos destruyendo a todas las naciones del mundo; porque las naciones miran hacia América y dicen: "América es rica. América ha usado su libertad para hacerse rica. América está llena de éxito." - Y de esta manera estamos envenenando el mundo entero.
Hubo una noticia acerca de unos niños de Nueva Zelandia que miraron una película americana acerca de unas pandillas. Ellos decidieron copiar lo que vieron en la película, golpearon a un muchacho y realmente cortaron con un cuchillo sus inicales en el cuerpo del chico, ¡porque esto era lo que habían visto en la película!
Me recuerdo cuando los niños americanos de unos diez años todos empezaron a ponerse sus gorras de béisbol al revés: todos los niños de Nueva Zelandia empezaron a comprarse gorras de béisbol y a ponérselas al revés; solo para parecerse a los niños americanos. ¡Tal es la influencia que América tiene en el mundo entero - en lo bueno, en lo malo, y en lo trivial!
Dios pedirá cuentas de ustedes; esto es cierto. Dios juzgará a América de manera más estricta, porque América es el líder del mundo. Los predicadores americanos, cuando viajan al extranjero, siempre consiguen una audiencia - no importa que sea el peor predicador del mundo; el hecho de que es americano, es suficiente. ¿Por qué es esto? - Sea para mal o para bien, América ha sido un líder de las naciones por muchos años (y en el pasado, realmente era para bien en muchos casos).

¿Encontraremos todavía un camino hacia el próximo avivamiento?
Realmente me quedé decepcionado anoche. Me quedé decepcionado de que no nos hayamos inclinado todos sobre nuestros rostros para llorar y clamar ante Dios. Cuando alguien nos llama a desesperarnos por avivamiento, y nosotros pensamos que no necesitamos desesperarnos, entonces somos insensatos. De todas las naciones del mundo, en ninguna la situación es tan desesperada como aquí. Y lo más triste es que no lo sabemos; no tenemos ninguna idea de cuán mal están las cosas.
Ustedes están en camino de convertirse en otro Gales. Yo no estaré aquí cuando esto suceda; yo seguiré predicando en países donde sí hay hambre por Dios; o regresaré a Nueva Zelandia. Pero no me quedaré mirando como América vende todo su futuro.

Vamos a Lucas 6:20. Esto es cómo Jesús valora a aquellos que tienen hambre por Dios; y a los pobres. "Bienaventurados vosotros los pobres; porque vuestro es el reino de Dios." - Nos gusta leer aquí "los pobres en espíritu", porque nos hemos acostumbrado tanto a pensar que cuando nos volvemos ricos materialmente, somos también ricos espiritualmente - hemos creído una mentira. Esto nos hace pasivos y apáticos. ¿Saben por qué? Cuando soy rico y me enfermo, puedo pagar a un médico. Cuando mi carro se malogra, puedo hacerlo arreglar o incluso puedo comprar uno nuevo. Puedo conseguir una tarjeta de crédito y los bancos me la darán inmediatamente - porque a ellos les gusta verme endeudado hasta el cuello comprando todos los bienes que no necesito.
Esta cultura nos hace pasivos, egoístas, adictos al entretenimiento; y pasamos todo el tiempo entreteniéndonos, en vez de orar. Ya no nos gusta escuchar palabras duras, porque todo el mundo nos predica palabras dulces y palabras de éxito. Nos dicen que debemos alcanzar el "sueño americano", e incluso encuentran algunos versos bíblicos para apoyarlo - y con esta clase de prédica puedes construir una mega-iglesia.
Nos predican "recetas de éxito", de cómo ganar amigos y cómo ganar dinero, y añaden unos versos bíblicos a ello. "Dios quiere que seas exitoso, que tengas muchas cosas y vivas en abundancia" - este es el mensaje que nos gusta escuchar. Todo esto suena correcto para nosotros porque es un eco de nuestro propio "sueño americano"; el mundo nos predica el mismo mensaje: "Ten una buena carrera; cásate con una chica bonita; adquiere una casa bonita; ten un carro..." - Esta es la clase de profetas que nos gusta escuchar.
¿No es esto lo que predicamos a nuestros hijos? "Esfuérzate para ser un médico o un abogado..."
El "sueño americano" es lo contrario del Evangelio. Pero uno puede construir una mega-iglesia predicando el "sueño americano".

Lucas 6:20-24:
"Bienaventurados vosotros los pobres" (y por favor no añadan nada aquí) "porque vuestro es el reino de Dios. Bienaventurados los que ahora tenéis hambre... Bienaventurados los que ahora lloráis... Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre. Gozaos en aquel día, y alegraos, porque he aquí vuestro galardón es grande en los cielos; porque así hacían sus padres con los profetas.”
“Mas ¡ay de vosotros, ricos! porque ya tenéis vuestro consuelo." -
¿Ustedes conocen lo que es un "premio de consolación"? En una competencia, a veces se da una pequeña recompensa a los que quedan en segundo lugar o al último; no un premio verdadero, pero un pequeño regalito. Creo que es esto lo que hemos aceptado en vez del
premio verdadero. Nos hemos contentado con el "premio de consolación".
Al hablar de avivamiento, tenemos que hacer una decisión. O optamos por un gran avivamiento; o por el "sueño americano", y la "iglesia americana", y el éxito, y los números. Podemos optar por un estilo de "vida exitosa" - ¿y qué ganamos con ello? "¡Ay de vosotros, ricos! porque ya tenéis vuestro consuelo." No recibiréis nada más en el cielo, porque ya han recibido vuestra recompensa en la tierra.
El avivamiento es lo mejor que podemos tener; y lo bueno es el enemigo de lo mejor. Tenemos que decidirnos a qué apuntamos. Y si apuntamos al premio en el cielo, entonces tenemos que dejar atrás todo lo demás, y seguir tras el premio con toda nuestra vida. Tenemos que hacerlo; porque algún día la generación de nuestros hijos se dará cuenta: "Miren, nuestros padres perdieron esta ventana de oportunidad para avivamiento; y miren qué desastre es nuestra nación ahora. ¿Te recuerdas como era cuando todavía había personas que creían en Dios?" Y la nación que una vez era grande, irá de mal en peor, con su evangelio de avaricia y egoísmo. Y esto es lo que está sucediendo ahora mismo, delante de nuestros propios ojos.

Volvamos a la historia. El "Gran Avivamiento de Oración" (1857) comenzó con un pequeño grupo de oración. Este grupo permanecía pequeño hasta que sucedió algo significante. Fue en Nueva York, y fue dirigido por Jeremiah Lamphier. El era alguien completamente desconocido; no era ningún predicador importante; lo única que hacía era conducir una reunión de oración cada mediodía. Entonces, lo que sucedió fue un gran quebrantamiento económico en Estados Unidos. Entonces los empresarios abandonaron su esperanza en el dinero, y llegaron a esta reunión de oración y empezaron a orar. La reunión creció, y las noticias acerca de estas reuniones se divulgaron, y otros empresarios en otros lugares empezaron a orar a mediodía; y esto empezó a suceder también en otras ciudades. Y de repente las reuniones de oración eran tan grandes - dos mil, tres mil personas -, que no pudieron entrar todos los que querían participar. Por todos lugares, en todas las ciudades, hubo reuniones de oración. Esto cruzó el Atlántico y llegó también a Inglaterra, Escocia y Gales.
Cincuenta años después vino el avivamiento de la Calle Azusa, y cincuenta años después el avivamiento de sanidades. Y aquí estamos nosotros, otros cincuenta años depués, ¿y qué? Hemos arruinado a todos nuestros predicadores; los hemos vendido al mejor postor. ¿Dónde encontraremos a los predicadores para el siguiente movimiento de Dios? ¿Dónde encontraremos a los intercesores que dejen sus televisores de un lado - si no los rompen en pedazos - y empiecen a clamar y llorar ante Dios por esta generación perdida? ¿Dónde están?

Charles Finney, cuando viajaba buscando la dirección de Dios, continuamente recibía invitaciones porque él era un predicador de avivamiento. Y la gente sabía que el avivamiento iba a llegar con Finney, porque él tenía una tal unción de Dios. Entonces, una pregunta que Finney siempre hacía para decidirse adónde ir, era: "¿Ha sido el espíritu de oración derramado en este lugar?" Esta fue siempre su primera pregunta. Porque si no había espíritu de oración, Finney no iba a ir allí. - Con él trabajaba un grupo de intercesores. El líder de este grupo, Daniel Nash, iba unos días antes al lugar adónde iba a llegar Finney; y nadie le iba a ver. Nash se retiraba en algún sótano o algún cuarto, clamando, llorando, agonizando y luchando en oración con algunas pocas personas, durante todos los días antes y durante la predicación de Finney.
Entonces ¿qué quería decir Finney cuando hablaba del "espíritu de oración"? - El quería saber si los cristianos de ese lugar se reunían de rodillas, clamando y llorando ante Dios por horas sin poder parar. Esto era lo que él buscaba. Si esto no sucedía, Finney decía: "No voy a ir a ese lugar; no va a haber avivamiento, porque el espíritu de oración no está allí."
Incluso de su propio ministerio, él dijo: "Cuando no tengo el espíritu de oración por un día, o incluso por una hora, no puedo predicar con poder."
Nosotros tenemos púlpitos sin oración hoy. Pensamos que tenemos reuniones de oración, pero ¿tenemos verdadera oración? - En las reuniones de oración que he conocido, la música dura más tiempo que la oración. Las palabras de introducción a la oración duran más tiempo que la oración. Y todo el mundo está sentado allí como muñecos mudos, ni siquiera apoyando al hermano que ora a voz alta; ni mucho menos orando ellos mismos. Yo llamo esto una "reunión de no-oración".
Hemos olvidado completamente toda lección sobre avivamiento que hemos aprendido alguna vez en el pasado. ¿Tenemos a alguien aquí que sabe agonizar en oración? Lee sobre los avivamientos con Finney; lee sobre Calle Azusa; lee sobre el avivamiento en Gales - siempre encontrarás lo mismo: "Estábamos agonizando en oración." "Estabamos luchando con Dios en oración como Jacob luchaba con el ángel." "Estábamos clamando: ¡Dios, derrama Tu Espíritu sobre nosotros!" Oración desde lo más profundo de nuestro ser. Si no sabes orar así, ¡olvídalo!
Por tres años he buscado, y encontré apenas alguien que fuera capaz de orar así, o de predicar sobre ello. Constantemente estoy hablando de ello - ¿hay alguien que me está escuchando? Todo el mundo está ocupado mirando la televisión cristiana, o imitando las recetas de éxito del "pensamiento positivo" y del crecimiento de iglesias. Demasiado ocupados siguiendo el "circo profético" que solo repite los mensajes del "sueño americano".
¿Podemos encontrar en algún lugar del Antiguo o Nuevo Testamento a algún profeta que hablaba a cada persona en la congregación, diciendo: "Dios te usará grandemente, tendrás un ministerio maravilloso..."? "Paz y seguridad" - este era el mensaje de los falsos profetas. Y si la gente hubiera tenido alguna inteligencia, entonces hubieron levantado sus piedras y los hubieran apedreado.

Luc.6:24-26
"Mas ¡ay de vosotros, ricos! porque ya tenéis vuestro consuelo." - "¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados! porque tendréis hambre. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís! porque lamentaréis y lloraréis. ¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque así hacían sus padres con los falsos profetas."
Apocalipsis 3 - noten la similitud de este pasaje con lo que acabamos de leer. Este es un cuadro exacto de la iglesia americana en este momento.
Apoc.3:14: "Y al ángel de la iglesia en Laodicea escribe: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto:
Yo conozco tus obras, que no eres frío ni caliente. ¡Oh, que fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de tu boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y no necesito nada; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo..."
¿Qué es lo que El nos aconseja? Básicamente: ¡Arrepiéntanse! - ¿De qué tenemos que arrepentirnos en este país? - Hay un dicho antiguo que dice: "El último en ver el agua, es el pez." - ¿Cómo lo aplicamos en nuestra situación? - "El último en ver el estado rico, perezoso, apóstata de la iglesia, es el cristiano americano."
"El último en ver el agua, es el pez." - porque el pez ha crecido toda su vida nadando en esta agua; es su elemento natural, y no puede ver nada allí. Y nuestro elemento natural es enfermizo más allá de toda descripción; pero nos hemos acostumbrado tanto a nadar en ello que ni siquiera lo podemos ver. Y cuando escuchamos estos mensajes de "éxito", somos tan ciegos que creemos que es la verdad.
Nuestra cultura es exactamente lo opuesto de lo que dijo Jesús acerca del dinero, acerca del materialismo, y acerca de la manera como debemos vivir. La primera iglesia alimentaba a los pobres diariamente; estaban dispuestos a dar todas sus posesiones y no los consideraban su propiedad; nuestra cultura es exactamente lo opuesto y ni siquiera nos damos cuenta. El pez que no ve el agua, lo somos nosotros.

Yo no tengo ninguna idea de cuánto tiempo exactamente durará la "ventana de oportunidad". Pero yo creo que cuando Dios me envió a Estados Unidos, que en ese tiempo se abrió esta ventana; porque yo no tenía ninguna idea acerca de este patrón de avivamientos, hasta que Dios me despertó con ello. Por eso yo creo que ya estamos dentro de esta ventana, y no tenemos mucho tiempo.
¿Qué sucedió en Gales cuando ellos perdieron su último avivamiento? Yo creo que su "ventana de oportunidad" se abrió en 1947 - de hecho, el ministerio de Billy Graham empezó en 1947, y por los primeros diez años él era un predicador de avivamiento. Ustedes encontrarán esto en sus primeras prédicas: en aquel tiempo, su prédica era Arrepentimiento. El era completamente diferente de lo que predica hoy. Y él era algo como el "brazo conservador" del avivamiento de sanidades, que paralelamente sucedió en los círculos pentecostales. Y muchos le escucharon.
Mi padre se convirtió en una campaña de Billy Graham en Nueva Zelandia en 1955. Prácticamente todo el país se detuvo para escuchar el mensaje de Billy Graham. En sus reuniones, podías dejar tu carro afuera con la llave puesta, y nadie lo iba a tocar. Tal fue la ola de justicia que pasó sobre el país.
Este avivamiento terminó en 1955 - aunque Graham y los otros evangelistas continuaron con sus ministerios, el poder de Dios sobre América había terminado. 1956 fue el comienzo de una decadencia terrible con muchos desastres. Muchos evangelistas sucumbieron al alcohol, las mujeres, el dinero, la fama. El "avivamiento de sanidades" terminó peor que cualquier otro avivamiento en la historia. Es por eso que hasta hoy, todos los evangelistas de sanidad parecen predicar solo sobre dinero - esta es la herencia de los desastres que pusieron fin al "avivamiento de sanidades".
50 años después estamos cosechando los frutos de todo esto. ¿Seremos otro Gales? Que Dios nos ayude.

Concluiré simplemente entrando en oración. Quiero que todos se pongan de pie para orar.
Ahora, quiero que tengan en mente que este pequeño tiempo de oración que tendremos ahora (aunque sea "largo"), es realmente algo muy pequeño. Tú no puedes salir de aquí, habiendo escuchado este mensaje y habiendo participado en este corto tiempo de oración, y después volver a tu estilo de vida de antes. Realmente necesitas continuar orando y clamando a Dios por avivamiento, tú en tu cuarto, por horas - o una generación entera será perdida.
Entonces oraremos ahora, y aprende a agonizar y clamar en oración tú mismo, cuando estás solo, o en grupos pequeños - si no recuperamos esta clase de oración, no podremos hacer absolutamente nada.
Oremos...

EL ESPÍRITU DE ORACIÓN-Charles Finney

Publicado por Daniel Lopez | Etiquetas: | Posted On at 19:16





"Y de igual manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, pues, qué es Io que hemos de pedir como conviene, no Io sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.

"Y el que escudriña los corazones sabe cuál es la mentalidad del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos." (Romanos 8:26, 27.)



Nuestra ignorancia respecto a la voluntad de Dios, tanto la que se revela en la Biblia, como la que no nos es revelada, es tan grande, que tenemos que saber por medio de sus providencias. La humanidad está prácticamente en ignorancia tanto de las promesas y profecías de la Biblia, como ciega a la providencia de Dios. Y aún están más a oscuras sobre aquellos puntos en que Dios no ha dicho nada excepto por medio de la dirección de su Espíritu. He mencionado estas cuatro fuentes de evidencia en las cuales se funda la fe en la oración: promesas, profecías, providencias y el Santo Espíritu. Cuando fallan todos los otros medios para guiarnos al conocimiento de qué es o que hemos de pedir al orar, el Espíritu nos guiía.

Sé de un hombre (Nora: indudablemente se trata de él mismo) que estaba en gran oscuridad espiritual. Se retiró para orar, resuelto a no desistir hasta haber hallado al Señor. Se arrodilló y trató de orar. Todo era oscuro y no podía orar. Se levantó un rato; pero no quería ceder, porque había prometido que no dejaría que se pusiera el sol aquel día, sin haberse entregado al Señor. Se arrodilló de nuevo; pero todo era oscuro, y su corazón era tan duro como antes. Estaba casi desesperado y dijo en agonía: "He agraviado el Espíritu de Dios y no hay promesa para mi. Estoy apartado de la presencia de Dios."

Pero, estaba resuelto a no rendirse y se volvió a arrodillar. Había dicho unos pocas palabras solamente cuando este pasaje apareció en su mente, como si acabara de leerIo: "Y me buscaréis y me hallaréis, cuando me buscareis de todo corazón" (Jeremias 29:13). Vio que aunque esta promesa estaba en el Antiguo Testamento y estaba dirigida a los judíos todavía era aplicable a él, como a ellos. Y esto quebrantó su corazón, como el martillo del Señor, en un momento. Y oró, y se levantó feliz en Dios.

Conocí a un individuo (Rev. Daniel Nash), que acostumbraba hacer una lista de las personas por las cuales tenía un interés especial; y he tenido la oportunidad de conocer a multitud de personas, por las cuales él estaba interesado, que se convirtieron inmediatamente. Le he visto orar por personas en su lista y estaba literalmente agonizando por ellas; y en algunas ocasiones he sabido que había llamado a otra persona para que le ayudara a orar por alguien. He sabido que su mente se concentraba así en un individuo de carácter endurecido, abandonado, y que no podía ser alcanzado por los métodos corrientes. El siguiente es uno de estos casos:

En una ciudad en la parte norte de este Estado, en que había un avivamiento, vivía cierto individuo que era un enemigo del cristianismo, violento y ofensivo. Tenía una taberna y se deleitaba jurando y blasfemando siempre que había cristianos cerca, que le estaban oyendo, con el propósito de molestarles. Era tan malo que un vecino dijo que debía vender su casa, o darla, y marcharse de la ciudad, porque le era imposible vivir cerca de un hombre que blasfemaba así. Pues bien, este buen hombre del cual estoy hablando, pasó por la ciudad y oyó hablar del caso, y sintió mucha pena por el individuo. Lo puso en su lista de oración. El caso pesaba en su mente cuando dormía y cuando estaba despierto. Siguió pensando en este hombre impío, y orando por él, día tras día. Y, cuando menos se esperaba, el tabernero fue a una reunión, se levantó y confesó sus pecados, y derramó su alma, el hombre más quebrantado que he visto. Confesó todo lo que había hecho.

Su taberna inmediatamente se convirtió en una sala para reuniones de oración. De esta manera el Espíritu de Dios conduce a los cristianos a orar por cosas por las que no orarían, de no ser guiados por el Espíritu; y así oran "según la voluntad de Dios".

1. Se ha hecho mucho mal diciendo que esta clase de influencia equivale a una nueva revelación. Mucha gente tendrán miedo de ella si oyen que se la llama así, y no se pararán a inquirir lo que significa, ni procurarán saber si las Escrituras la enseñan o no. La verdad es que el Espíritu guía al hombre a orar; y si Dios guía a un hombre a orar por un individuo, la inferencia a sacar de la Biblia es que Dios le ha destinado a ser salvo. Si hallamos, comparando nuestro estado mental con la Biblia, que somos guiados por el Espíritu para orar por un individuo, tenemos buena evidencia de que Dios está preparado a bendecirle.

2. Los cristianos que oran con devoción, con frecuencia, ven estas cosas por anticipado, tan claramente que incluso dan lugar a que otros tropiecen. A veces, parece que profetizan. No es de extrañar que algunos se equivoquen cuando piensan que son conducidos por el Esplritu sin serlo. Pero no hay duda que un cristiano puede discernir claramente las señales de los tiempos y así entender, por la Providencia, lo que hay que esperar, y orar por ello con fe. Así son conducidos a esperar un avivamiento y a orar por él con fe, cuando nadie más ve ninguna señal del mismo.

3. Había una mujer en Nueva Jersey, en un lugar en que había habido un avivamiento. Estaba convencida de que iba a haber otro. Quería celebrar una "serie de reuniones". Pero el pastor y los ancianos no veían ninguna razón para hacerlo, y se negaron. Ella veía que estaban ciegos y quería seguir adelante. Dijo a un carpintero que le hiciera sillas, porque iba a celebrar reuniones en su propia casa; ¡estaba segura que habría un avivamiento! Apenas había abierto sus puertas para las reuniones, que el Espíritu de Dios descendió con gran poder, y aquellos miembros adormilados se hallaron rodeados de pecadores redargüidos de pecado. Sólo podían decir: "Ciertamente, Jehová está en este lugar y yo no lo sabía" (Genesis 28: 16). La razón por la que personas como esta mujer entienden la indicación de la voluntad de Dios, no es porque tengan una sabiduría superior, sino porque el Espíritu de Dios les guía aver las señales de los tiempos. Y esto, no por revelación; sino que lo ven por un convergir de providencias a un punto único, que produce en ellos una expectativa confiada de un resultado cierto.

El texto dice: "El mismo Espíritu hace intercesión con gemidos indecibles." El significado de esto, creo yo, es que el Esplritu estimula deseos demasiado grandes para ser pronunciados excepto gimiendo; llenando el alma demasiado para que estos gemidos puedan ser expresados por palabras, de modo que la persona sólo puede gemirlos a Dios, el cual entiende el lenguaje del corazón.

4. ¿Cómo es redargúido un pecador? Pues, pensando en sus pecados. Esta es la manera en que un cristiano obtiene sentimientos profundos, pensando en un objeto. Dios no va a concederte estas cosas a menos que te esfuerces. Tienes que hacer caso de las impresiones más ligeras. Toma una Biblia y repasa los pasajes que muestran las condiciones y posibilidades del mundo. Mira el mundo, tus hijos, vecinos y ve su condición mientras están en pecado; luego, persevera en oración y esfuérzate hasta que obtengas la bendición del Espíritu de Dios.

Me he entretenido más en este tema, porque quiero dejarlo bien claro para que tengas cuidado de no agraviar al Espíritu. Quiero que tengas ideas elevadas del Espíritu Santo, y sientas que no hay nada bueno sin sus influencias. Sin El no sirve de nada ni la oración ni la predicación. Si Jesucristo viniera aqui a predicar a los pecadores, ni uno se convertiría sin la intervención del Esplritu. Ten cuidado, pues, de no agraviarlo, desairándole o descuidando sus influencias celestiales cuando El te invita a orar.

5. Vemos de todo esto lo obsurdo de usar fórmulas en la oración o libros de oración. La misma idea de usar una forma escrita o aprendida, o modelo, rechaza, como es natural, la guía del Espíritu. No hay nada más opuesto al espíritu de oración, y calculado para oscurecer y confundir la mente, que el usar formas. Las oraciones en forma escrita no son sólo un absurdo en sí, sino que son una añagaza del diablo para destruir el espíritu y quebrantar el poder de la oración. No sirve de nada decir que la forma es buena. La oración nO consiste en palabras. Y no importa qué palabras se dicen si el Espíritu de Dios no las guía. Si el deseo no esta enardecido, los pensamientos son dirigidos y toda la corriente de sentimiento producida y guiada por el Espíritu de Dios, lo que decimos no es oración. Y las fórmulas sólo impiden que un individuo ore como debería.

6. "El Espíritu hace intercesión"; ¿para quién? ¡para los santos! Los que son santos son afectados así. Si sois santos sabéis por experiencia qué es esto: y si no, es porque habéis agraviado al Espíritu de Dios, de modo que no os guía. Vivis de tal forma que este Santo Consolador no mora en vosotros ni os da el espíritu de oración. Si es así, tenéis que arrepentiros. No te pares a considerar si eres cristiano o no, pero arrepiéntete, como si no lo hubieras hecho nunca. Empieza a hacer obras. No des como un hecho que ya eres cristiano, sino ve, como un humilde pecador, y vierte tu corazón ante Dios. No puedes tener el espíritu de oración de ninguna otra manera.

7. Nada suele producir una excitación y una oposición tan rápidamente como el espíritu de oración. Si una persona está tan abrumada con la situación de los pecadores, y gime en su oración, algunos se ponen nerviosos y al punto se les reprende. Por mi parte aborrezco toda afectación de sentimiento cuando no hay ninguno, y todos los esfuerzos de alentarse y cobrar calor uno mismo, por medio de gemidos. Pero creo que he de defender la posición de que hay un cierto estado mental, en el cual sólo hay una manera de abstenerse de gemir: esto es, resistiendo al Espíritu Santo.

Estuve una vez presente en una discusión sobre este tema. Se dijo que "los gemidos tenían que ser considerados reprobables". Se hizo inmediatamente la pregunta: "¿Puede Dios producir un estado tal de sentimiento que haga imposible contener los gemidos?" La respuesta fue: "Sí, pero no lo hace nunca." Entonces el apóstol Pablo se hallaba en la más egregia confusión cuando escribió: "Con gemidos indecibles." Edwards se engañaba cuando escribió su libro sobre avivamientos. Ahora bien, nadie que repase bien la historia de la Iglesia va a adoptar este punto de vista. No me gusta este intento de cerrar, acallar, ahogar o limitar el espíritu de oración. Más bien me cortaría la mano derecha que rechazar y reprender el espíritu de oración, como he oído que se hacía, diciendo: "¡Que no se oigan más gemidos!"

ALBERTO BENJAMÍN SIMPSON

Publicado por Daniel Lopez | Etiquetas: | Posted On at 17:54





1843-1919
Alberto Benjamín Simpson nació el 15 de diciembre de 1843, en Bayview, Canadá, hijo de una piadosa familia. Después de su conversión y llamamiento al ministerio, solía encerrarse en su estudio para buscar con ansias el rostro del Señor. Anhelaba hacer morir el yo, y vivir totalmente para Cristo. Cierta vez, cuando era un joven ministro, estuvo un mes entero buscando una bendición especial para su vida. Durante ese mes dejó de hacer muchas cosas y se dedicó casi exclusivamente a orar. Al final del período recibió la bendición: Una noche después de intensa oración tuvo esa experiencia extraordinaria. “Recuerdo bien la noche cuando recibí el bautismo del Espíritu Santo. Cuando experimenté la venida de la plenitud de Cristo a mi alma; cuando vino para fijar su morada permanente en mí”. “Fue una noche memorable. La soledad del Cordero de Dios, yendo hacia el monte del sacrificio era mi porción aquella noche. El camino para seguir al Cristo del Calvario no resulta fácil, ni atrayente; no obstante, es el camino de la victoria, como lo fue para Cristo mismo. Es el camino de la vida a través de la muerte”. “No sabía si iba a morir literalmente o no, antes del nuevo amanecer, seguía buscando. Estaba luchando cual Jacob de antaño con el ángel de Dios hasta el rayar del alba, cuando vino la luz. Entonces, rendido a los pies de Cristo, hice allí una entrega final y total de mi vida”.
A raíz de esa experiencia, nace este himno
¡Jesucristo, y nada más!
Antes yo buscaba “la bendición”,
ahora yo tengo a Jesús;
antes suspiraba por la emoción,
ahora yo quiero más luz;
antes Su don yo pedía,
ahora tengo al Dador;
antes buscaba la sanidad,
ahora es mío el Doctor.
Antes me esforzaba con pena, ahora me es grato confiar;
antes creía a medias,
ahora sé que él puede salvar;
antes a él me aferraba,
ahora de mí se ase él;
antes yo andaba a la deriva,
ahora tengo áncora fiel.
Antes yo creía en mis obras,
ahora dejo a Cristo obrar;
antes trataba de usarlo,
ahora él me puede usar;
antes “el poder” yo buscaba,
ahora tengo al “Fuerte Señor”;
antes para mí mismo obraba,
mas ahora es el trabajo de amor.
Una noche mientras oraba, la visión de los perdidos sin Cristo le hizo postrarse en una dramática oración bajo el poder del Espíritu Santo. Entonces cogió el globo terráqueo y apretándolo contra su pecho, exclamó llorando: “¡Oh Dios, úsame para la salvación de los hombres y mujeres del mundo entero, que mueren en las tinieblas espirituales sin ningún rayo de luz”. Fue entonces cuando nacieron sus himnos: “Cristo sólo Cristo siempre” (222); “No yo, sino Cristo”; “A lugares obscuros” (248); “Un cargo dísteme Señor” (350) etc. No pudo conformarse ya con cumplir sus labores de pastor y conferencista solicitado. Llevado por este celo misionero, comenzó a salir a las calles para predicar el evangelio. Y allí comenzaron a recibir a Jesucristo hombres y mujeres de la más variada condición. Luego, los invitaba al templo, para recibir el amor de la familia cristiana. Muy pronto fueron decenas y aun cientos los nuevos convertidos que iban llegando; muchos de ellos de humilde condición. Y, muy pronto también, ellos comenzaron a incomodar a los acomodados hermanos. Así fue como se produjo una situación insostenible, y Simpson hubo de renunciar a su pastorado para dedicarse a las muchedumbres olvidadas, como era su visión.
Eso ocurrió en noviembre de 1881, tenía 38 años, y una familia con seis hijos. De un día para otro, dejó de ser el pastor de una gran iglesia para ser un predicador callejero. Sus amigos íntimos en el ministerio le pronosticaron un fracaso rotundo. Uno de los diáconos, al despedirle le dijo: “No le diremos adiós, Simpson: pronto usted ha de volver con nosotros”. Sin embargo, él nunca volvió. Dios tenía para él otro camino que recorrer, y otras fronteras que cruzar.
Una partida feliz. A.B. Simpson partió el 29 de octubre de 1919. Entre los papeles que se encontraron en su escritorio, había uno con un himno inédito, que decía en parte:
“Alguien me está llamando;
me toma de la mano,
y me señala cumbres
bañadas en áurea luz.
Mi corazón responde:
remonto como en alas;
me siento muy seguro:
¡Mi Guía es Jesús!”

Sobre su lápida hicieron poner una lectura que refleja muy bien lo que fue este gran hombre de Dios: “No yo, sino Cristo” y “Cristo sólo”.

EVAN ROBERTS avivamiento en Gales

Publicado por Daniel Lopez | Etiquetas: | Posted On martes, 1 de diciembre de 2009 at 16:48



El avivamiento de Gales empezó en 1904. Comenzó como un movimiento de oración. Seth Joshua, un evangelista presbiteriano, llegó al colegio Emlyn en Newcastle (Inglaterra). En este colegio estudiaba un minero, Evan Roberts, de 26 años de edad, para entrar al ministerio. Los estudiantes estaban tan conmovidos que pidieron asistir a la siguiente campaña de Joshua. Entonces se suspendieron las clases para ir a Blaenerch, donde Seth Joshua oró en público: "Oh Dios, dobléganos." Evan Roberts se fue adelante y oró con gran agonía: "Oh Dios, doblégame." Cuando regresó, ya no pudo concentrarse en sus estudios. Se fue al director del colegio y le explicó: "Sigo escuchando una voz que me dice que tengo que ir a casa y hablar a nuestros jóvenes en mi iglesia. ¿Es esta la voz del diablo o la voz del Espíritu?" El director respondió sabiamente: "El diablo nunca da órdenes como esta. Ud. puede tomar una semana libre." Entonces Evan se fue a su pueblo y dijo al pastor: "He venido para predicar." El pastor no estaba muy convencido, pero preguntó: "¿Qué te parece hablar en la reunión de oración el lunes?" Ni siquiera le dejó hablar en la reunión, sino dijo a los que asistieron: "Nuestro hermano joven, Evan Roberts, siente que tiene un mensaje para ustedes si desean quedarse al final."


la Capilla Moriah, Loughor, Gales del Sur, Evan Roberts predicó 1904/1905

Diecisiete personas se quedaron, y fueron impresionados con la manera directa de hablar del joven. Evan Roberts les dijo: "Tengo un mensaje de Dios para ustedes: Ustedes tienen que confesar ante Dios cada pecado del cual estén conscientes, y tienen que arreglar todo mal que han hecho a otros. Segundo, tienen que despojarse de todo hábito dudoso. Tercero, tienen que obedecer al Espíritu prontamente. Finalmente, tienen que confesar públicamente su fe en Cristo." A las diez de la noche, todas las diecisiete personas habían respondido. El pastor estaba tan contento que pidió: "¿Qué te parece hablar en el culto de misiones mañana por la noche? ¿Y el culto del miércoles de la noche?"El predicó toda la semana, y le pidieron quedarse otra semana más. Entonces llegó la victoria. De repente, las columnas eclesiásticas aburridas en los diarios cambiaron: "Grandes multitudes de personas están siendo atraídas a Loughor." La carretera principal donde se encontraba la iglesia, estaba repleta de gente que quería llegar a la iglesia. Los propietarios de tiendas las cerraban temprano para encontrar un asiento en la iglesia.

interior de la capilla donde Evan Roberts llevó a la congregación a Dios
Un reportero fue enviado y describió vivamente lo que vio: una reunión extraña que duró hasta las 4:25 de la madrugada; y aun a esa hora la gente no quería ir a casa. El movimiento pasó sobre Gales como una marea alta; en cinco meses se convirtieron cien mil personas en todo el país. Cinco años después, el Dr.J.V.Morgan escribió un libro para desprestigiar el avivamiento; su crítica principal fue que de estos cien mil convertidos, ¡después de cinco años "solo" setenta y cinco mil seguían siendo miembros de iglesias! El impacto social fue asombroso. Por ejemplo, los jueces no tenían ningún caso a juzgar: no hubo robos, ni asaltos, ni violaciones, ni asesinatos, ni malversaciones, nada. Los consejos distritales tuvieron asambleas de emergencia para discutir de qué hacer con la policía que ahora se quedó sin trabajo. En cierto lugar, llamaron al sargento de la policía y le preguntaron: "¿Qué hace Ud. con su tiempo?" - El respondió: "Antes del avivamiento teníamos dos trabajos principales: prevenir delitos, y controlar multitudes como por ejemplo en partidos de fútbol. Desde que comenzó el avivamiento, prácticamente ya no hay delitos. Entonces simplemente nos quedamos con las multitudes." - Un miembro del consejo preguntó: "¿Qué significa esto?" - El sargento respondió: "Ud. sabe donde están las multitudes. Están llenando las iglesias." - "¿Pero cómo afecta esto a la policía?" - "Tenemos diecisiete policías en nuestro puesto. Tenemos tres cuartetos, y si alguna iglesia desea que cante un cuarteto, entonces nos llaman al puesto."
Mientras el avivamiento pasó por Gales, el alcoholismo se redujo a la mitad.



Hubo una ola de bancarrotas - casi todas cantinas. Hubo también cierto atraso en las minas, porque muchos mineros se convirtieron y dejaron de hablar groserías; entonces sus caballos que jalaban las carretas de carbones en las minas, ya no podían comprender lo que les dijeron. El avivamiento afectó también la moral sexual. En los números provistos por los expertos del gobierno británico, se notó que en dos condados el número de nacimientos ilegítimos había bajado en 44% dentro de un año después del comienzo del avivamiento. El avivamiento pasó por Gran Bretaña, Escandinavia, Alemania, Norteamérica, Asia Austral, África, Brasil, México y Chile. Como siempre, comenzó con un movimiento de oración.
Evan Roberts no tenía los dones de un gran intelecto, ni era un orador elocuente, pero tenía una pasión ardiente por Jesús. Mientras otros jóvenes estaban paseando en sus veleros en la bahía, el joven Roberts asistía fielmente a las reuniones de oración. Aunque tenía solamente 26 años, Evan Roberts no tenía tiempo para distracciones y placeres juveniles. Día y noche sin cesar oraba, lloraba y suspiraba por un gran avivamiento espiritual. El escribió: "Por diez u once años había orado por avivamiento. Podía quedarme despierto toda la noche para leer o hablar sobre avivamiento." Finalmente fue desalojado de su cuarto alquilado, porque la propietaria pensaba que en su entusiasmo estaba poseído o un poco loco. Pasaba horas orando y predicando en su cuarto, hasta que la señora le tuvo miedo y le pidió marcharse. El papel de Evan Roberts en el avivamiento no fue nada convencional. A menudo simplemente guiaba a la gente en oración o leía las Escrituras. En otras ocasión se quedaba sentado tranquilamente, mientras la gente, uno por uno, confesaban sus pecados o dieron testimonio de la victoria y del poder de Cristo. También había tiempos gloriosos de adoración que duraban horas. Roberts solo daba instrucciones humildes de vez en cuando, y dejaba que el Espíritu Santo hiciera el resto. El era un ejemplo constante, no de como predicar, pero de como dejarse guiar por el Espíritu. El avivamiento galés fue una invasión poderosa del Espíritu; el reino de Dios se manifestó de manera radical en la tierra. Los ingresos de los trabajadores, en vez de malgastarse en bebidas y vicios, traían ahora gran alegría a sus familias. Grandes deudas fueron pagadas por miles de nuevos convertidos. Hacer restitución fue la orden del día. Los negocios de juegos y alcohol perdieron su trabajo, y los teatros cerraron. El fútbol fue olvidado tanto por los jugadores como por los espectadores, aunque no se dijo nada acerca de ello desde los púlpitos. La gente tenía nuevas vidas y nuevos intereses. Las reuniones políticas fueron suspendidas o abandonadas; nadie estaba interesado. Los líderes políticos del parlamento en Londres se dedicaron ellos mismos a las reuniones de avivamiento. Las barreras denominacionales, hechas por los hombres, colapsaron completamente cuando creyentes y pastores adoraban juntos a su Señor majestuoso."

Una de las características sobresalientes del avivamiento fue la confesión de pecados, no solo entre los incrédulos, sino entre los cristianos. Todos fueron quebrantados y se derritieron ante la cruz de Cristo. Durante todo el avivamiento, Evan Roberts enfatizaba constantemente la necesidad de tratar honestamente con el pecado, la obediencia completa hacia el Espíritu Santo, y la preeminencia del Señor Jesucristo. Evan Roberts fue un instrumento para traer sanidad a un país entero, porque se preocupaba y lloraba y oraba. El abrazó el corazón quebrantado de Dios y se lo volvió a ofrecer por medio de la oración y la intercesión. Como resultado, dondequiera que iba, los corazones se encendieron con el amor de Dios.